Por qué la migración hacia Europa no disminuirá: el papel decisivo del bienestar y la seguridad en el nuevo paradigma


Buenos días, soy el abogado Fabio Loscerbo y esta es una nueva entrega del pódcast “Integración o ReInmigración”. Hoy quiero hablar de un tema que seguirá marcando el debate público europeo durante las próximas décadas. La migración hacia Europa —y especialmente hacia Italia— no va a disminuir. Podemos observar fluctuaciones, descensos temporales, rutas que se reducen y otras que vuelven a aumentar, pero la tendencia de fondo permanece intacta.

La razón principal es sencilla: las personas se desplazan para encontrar aquello de lo que carecen en sus países de origen. Y lo que falta no es solo trabajo. Falta un sistema de bienestar social que funcione de verdad. Falta seguridad real en la vida cotidiana, no una seguridad teórica. Falta estabilidad institucional, reglas predecibles y la posibilidad de construir un futuro digno para uno mismo y para los hijos. Para quienes viven en países marcados por tensiones políticas, fragilidad económica o un bienestar inexistente, emigrar a Europa es una elección racional. Es una inversión en la vida, no simplemente en los ingresos.

Por eso la visión puramente economicista de la migración está superada. Pensar que este fenómeno puede gestionarse calculando costes y beneficios, o reduciendo a los migrantes a “mano de obra” o “carga financiera”, significa ignorar completamente la realidad. Las personas no vienen aquí porque nuestro mercado laboral las atraiga. Vienen porque las atrae nuestro sistema de protección, nuestro modelo social y nuestra estabilidad institucional. Y mientras la distancia entre Europa y los países de origen siga siendo tan grande, la presión migratoria no disminuirá.

Esta es la verdad que muchos tienen dificultades para admitir. Si la migración no va a disminuir, entonces solo queda una opción: gobernarla, no simplemente soportarla. Y aquí entra en juego el nuevo paradigma que defiendo desde hace tiempo: integración o reinmigración. No es un eslogan ideológico, sino un principio de responsabilidad recíproca. El acceso a nuestro sistema de bienestar exige una integración real: lengua, trabajo, respeto de las normas, participación y adhesión a los valores fundamentales. Y cuando la integración fracasa o se rechaza deliberadamente, debe producirse la reinmigración: el retorno al país de origen. Es un modelo claro, transparente y comprensible tanto para los ciudadanos italianos como para los ciudadanos extranjeros.

Ya no podemos permitirnos una gestión improvisada o caótica de la migración. No podemos seguir oscilando entre la acogida indiscriminada y los cierres repentinos. Las cifras nos dicen que el fenómeno continuará. La dinámica global nos dice que continuará. Y la percepción que los propios migrantes tienen de Europa conduce exactamente a la misma conclusión. La única forma de no vernos desbordados es construir reglas nuevas y coherentes, basadas en un equilibrio entre derechos y deberes. Derechos si te integras. ReInmigración si te niegas a hacerlo.

La cuestión no es ser duros o indulgentes. La cuestión es ser serios. Cuando un país es serio, la gente lo respeta. Cuando un país es caótico, la gente se aprovecha de ello. Así funciona la naturaleza humana. Y por eso necesitamos tener el valor de reconocer que la migración hacia Europa no disminuirá, y que precisamente por eso necesitamos un cambio completo de enfoque.

Soy el abogado Fabio Loscerbo y te invito, como siempre, a profundizar en estos temas en www.reimmigrazione.com. Seguiremos hablándolo, sin filtros y sin ilusiones. Porque un país que conoce la verdad es un país capaz de decidir su propio futuro.

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