Por qué la ‘remigración’ no es una política: comprender el paradigma Integración o ReInmigración

Hola a todos, soy el abogado Fabio Loscerbo y les doy la bienvenida a un nuevo episodio de “Integración o ReInmigración”. Hoy quiero abordar un tema que ha ganado mucha visibilidad en el debate público italiano: la contraposición entre lo que muchos llaman “remigración” y lo que, en realidad, debería ser un auténtico paradigma, un modelo estructural capaz de orientar todo el sistema migratorio. El punto de partida es sencillo: cada vez que un extranjero comete un delito en Italia, en las redes sociales aparece el mismo eslogan —“cárcel y luego remigración”. Suena contundente, pero es jurídicamente incorrecto y políticamente vacío. Y precisamente porque el tema es complejo, merece una explicación más allá de los eslóganes.

El primer malentendido se refiere a los migrantes irregulares. Muchos hablan de “remigración” como si fuera una medida adicional, una herramienta nueva, una solución que la ley hubiera olvidado. Pero la legislación italiana ya establece que todo extranjero en situación irregular debe abandonar el territorio. No hay un vacío normativo, no falta ningún instrumento. La irregularidad no genera un derecho a permanecer, y la comisión de un delito no cambia nada sustancial. Por eso, cuando se invoca la “remigración” para personas que ya están obligadas a salir del país, el debate se aleja de la realidad y se convierte en pura retórica.

La cuestión verdadera —jurídica y políticamente— se plantea respecto a los migrantes regulares que cometen un delito. Aquí la Constitución italiana desempeña un papel decisivo. Nuestro sistema se basa en el principio de que la pena debe tener una función de rehabilitación. Pensar que una condena penal conduce automáticamente a la expulsión es incompatible con ese fundamento constitucional. Si una persona cumple su condena y demuestra un camino serio de reinserción —a través del trabajo, del respeto a la ley y de relaciones sociales estables—, entonces una expulsión automática no solo sería injusta, sino contraria a la finalidad misma del sistema penal.

En este punto entra en juego el paradigma Integración o ReInmigración. Durante décadas, Italia valoró la permanencia del extranjero casi exclusivamente a través del trabajo, como si la integración social y cultural fuera secundaria u opcional. Este enfoque ya no funciona. El trabajo es importante, pero no basta para definir la pertenencia a una comunidad. Una política migratoria moderna necesita expectativas claras y responsabilidades recíprocas. Por eso, Integración o ReInmigración se basa en tres pilares esenciales: el trabajo como herramienta de responsabilidad, la lengua como medio de participación y comprensión, y el respeto de la ley como criterio fundamental de convivencia.

Cuando estos pilares están presentes, la permanencia tiene una base sólida. Cuando faltan, la ReInmigración se convierte en la consecuencia natural —no un castigo, no una reacción automática, sino la conclusión lógica de un camino de integración que no se ha cumplido. El punto no es expulsar a quien se equivoca, sino afirmar que permanecer en un país requiere compromiso, participación y respeto por el pacto social que sostiene la comunidad.

Este paradigma también permite desmontar las reacciones emocionales que dominan las redes sociales. La seguridad no se construye con frases llamativas, sino con estructura, previsibilidad y reglas claras. “Remigración” puede funcionar como lema, pero no puede servir como base de una política migratoria. En cambio, Integración o ReInmigración sí es un modelo real: establece criterios, define responsabilidades y estructura la relación entre el Estado y el extranjero de manera moderna y coherente.

La pregunta central deja de ser: “¿qué hacemos después de un delito?”. La pregunta se transforma en: “¿qué exigimos antes de que ocurra?”. Este cambio de perspectiva es fundamental. Evita que el sistema sea puramente reactivo y lo convierte en un marco preventivo y constructivo. Alinea seguridad y principios constitucionales. Convierte el debate migratorio de una reacción emocional en una decisión de política pública.

Gracias por escuchar este episodio de “Integración o ReInmigración”. Si desean profundizar más, pueden leer el artículo más reciente en reimmigrazione.com, donde analizo los límites de los eslóganes y explico por qué este paradigma puede representar un cambio decisivo en la política migratoria italiana. Nos escuchamos en el próximo episodio.

Articoli

Commenti

Lascia un commento